Los peritos judiciales son expertos en determinadas materias que intervienen en los juicios a petición del juez o a instancias de parte para aportar sus conocimientos referidos al caso.
Dichos conocimientos pueden ayudar a valorar una prueba ya existente, pueden realizar nuevas aportaciones al caso, aclarar dudas técnicas que el juez o los abogados puedan tener en un determinado tema o incluso pueden intervenir para dar una opinión cualificada. Esta opinión siempre debe de ser objetiva y debidamente fundamentada.
¿Cómo se llega a ser perito judicial?
En nuestro país, es necesario tener acreditados los conocimientos que se poseen para optar al puesto de perito judicial, sin embargo hay excepciones ya que determinadas materias no están asociadas a unos estudios oficiales en concreto y por tanto no es posible encontrar a licenciados o graduados en las mismas.
En estos casos se recurre a personas con conocimientos probados, pero no se les permite actuar bajo la denominación de peritos judiciales, considerándose simplemente entendidos en la materia.
Cada Colegio Profesional tiene unas listas con las personas que están disponibles para ejercer como peritos requeridos por los juzgados y en la que se pueden anotar aquellas personas que cumplan con los requisitos:
-Estar debidamente colegiados. Para esto tienen que estar en posesión del título correspondiente.
– Deben de carecer de antecedentes penales.
– En algunos casos se les puede exigir la realización de un curso específico, experiencia en la profesión o valía demostrada para la realización de informes periciales.
¿Qué características debe de reunir un perito de parte?
Cuando se contrata a un perito de parte se puede recurrir a cualquier profesional que el cliente o su abogado elijan, siempre teniendo en cuenta que debe de tener acreditados sus conocimientos.
Siempre es preferible optar por aquellos que ya han demostrado su experiencia en los juzgados, ya que la experiencia aporta muchos puntos favorables entre los que podremos destacar dos:
– Realización de informes periciales de mayor calidad. Si además de contar con formación específica para su realización ya se tiene práctica en la emisión de informes, el cliente tiene asegurada una mayor calidad de los mismos al saber exactamente qué y cómo escribirlos descargando posibles errores de novato, como el de utilizar un lenguaje denso o muy técnico difícil de entender para el juez y los abogados.
– Mayor facilidad para defender su informe en un juicio. Hablar en un juzgado no es algo sencillo para todo el mundo y contar con la experiencia para hacerlo y para responder a las preguntas de manera clara y concisa es sin duda una gran ventaja.