En diferentes ocasiones hemos visto en artículos de este blog que el trabajo de los peritos judiciales implica la valoración del lucro cesante, pero ¿qué quiere decir exactamente esto? Vamos a conocer un poco más sobre el lucro cesante, su significado y como se realiza dicha valoración.
Si una persona física o jurídica sufre un daño en su patrimonio, este daño puede actuar también sobre una perspectiva de beneficio futuro, suponiendo una pérdida de un incremento patrimonial neto. Si esta pérdida sucede debido a una negligencia, un incumplimiento o una acción ilícita imputable a un tercero se le puede exigir a este una indemnización en concento de lucro cesante.
Un ejemplo fácil de ver es el caso de daños en la mercancía para la venta almacenada en una nave. Si esa nave sufre un incendio los daños más evidentes son la pérdida de la nave, con su correspondiente valor de tasación y la pérdida de la mercancía con su valor determinado por su precio de compra.
Pero también existe una pérdida a mayores que es la de los beneficios que se habrían obtenido de la venta de dicha mercancía. El cálculo de dichos beneficios reales es lo que se conoce como valoración del lucro cesante. En este caso sería exigible o bien al responsable penal del incendio o bien a la compañía de seguros, según cual fuera la causa de su origen.
Lucro cesante actual y lucro cesante futuro
Este lucro cesante no siempre tiene por qué ser futuro. Un ejemplo lo tenemos en las indemnizaciones por agresión física. La víctima deberá de ser indemnizada por el tiempo que se encuentre de baja médica y no pueda realizar su trabajo habitual. Es lo que se conoce como lucro cesante actual.
Si las secuelas de las lesiones producidas por la agresión fueran permanentes, el agredido podría recibir también una indemnización por las ganancias que dejaría de percibir si no puede volver a realizar su actividad habitual. Esto se conoce como lucro cesante futuro.
El perito judicial es el encargado de realizar en su informe pericial la valoración del lucro cesante, basándose siempre en criterios objetivos. En su informe debe de demostrar la relación entre el hecho punible y los beneficios que se han dejado de recibir.
También deberá de probar que dichos beneficios se habrían producido y la cuantía de los mismos, normalmente el aspecto más complicado del trabajo del perito. Este debe de recurrir a todas las pruebas posibles para demostrar la posibilidad de que la cantidad reclamada en concepto de beneficios frustrados es la correcta.