Los peritos se encargan de la redacción de informes ya sea a instancia de parte o a petición del juez. Para que dichos informes periciales sean verdaderamente profesionales y válidos hay ciertos errores básicos en los que no se debe de caer, sobre todo cuando se comienza en la profesión:
-Ceder a presiones de los clientes. En el caso de los peritos judiciales no se hace bueno eso de que quien paga manda. El cliente tiene cierto poder para realizar un encargo al perito judicial pero no para fijar los resultados que le interesa encontrar en el informe.
El perito judicial realizará un informe que responda a lo que el cliente quiere saber pero puede ocurrir que las conclusiones no sean las esperadas. El perito no puede dejarse presionar para ocultar la verdad o para maquillar los resultados de modo que favorezcan al cliente que encargó el informe.
Este debe de ser imparcial o finalmente será su nombre y su prestigio los que se vean manchados. El cliente, por supuesto, es libre de presentar o no dicho informe.
-Lucirse en la redacción del informe. Es una tentación que existe, sobre todo en los recién llegados a este terreno. Al redactar un informe es fundamental que cualquier que no entienda del tema tratado pueda comprender lo que se expone.
Realizar un informe de lucimiento, repleto de palabras técnicas y de alto nivel es inútil ya que la misión de dichos informes es que el juez, que no es experto en el tema, pueda obtener una valoración imparcial de un experto sobre lo ocurrido para que le ayuden a tomar una decisión.
-Dar opiniones personales. Si bien el perito puede dar su valoración personal en un informe, esta irá al final del mismo, redactada de modo que quede separada del resto del informe y solo en el caso de que así se le haya solicitado.
Los informes periciales tienen que ser totalmente imparciales y todas las afirmaciones que en él se realicen deben de estar sustentadas en hechos probados. Si no se ha solicitado una opinión personal y esta no es fundamental para el informe, lo mejor es no emitirla.
En ningún caso el perito debe de dar interpretaciones legales de los hechos, ya que para eso están los abogados y el juez.
-Titubear ante el juez. Cuando se defienden informes periciales ante un tribunal puede ocurrir que no se recuerden datos. Es normal y lo mejor es decirlo claramente y consultarlo en los papeles. Titubear, dar informaciones inexactas o dar vueltas a la pregunta solo conseguirá crear dudas sobre la profesionalidad de quién habla de este modo.