El perito economista puede ser requerido para trabajos muy diferentes que pueden afectar a empresas o a particulares. En lo que se refiere a empresas, un perito economista es necesario en casos de concursos de acreedores, cuando se requiere una autoría o contabilidad alternativa, en la realización de informes de lucro cesante y daño emergente o para la estimación de daños económicos en caso de incumplimiento de contratos.
También se requiere de los servicios de un perito economista en casos de particulares, por ejemplo en un divorcio, pudiendo ayudar a realizar la valoración de los bienes comunes del matrimonio para poder establecer la correcta división de los mismos, por ejemplo. En caso de un despido, un trabajador puede recurrir a un perito economista para realizar los cálculos de las indemnizaciones que pudieran corresponderle, algo que en algunos casos es claro pero que en otros, por ejemplo si en lugar de ser un empleado se trata de un socio, puede ser más complicado de calcular.
Actualmente, el perito economista está trabajando para muchos particulares ayudándoles en sus demandas contra los bancos. Este trabajo es tan importante en estos momentos que en ocasiones eclipsa todos los demás que se están llevando a cabo y que también forman parte de la labor diaria del perito economista.
Perito economista y demandas bancarias
El perito economista tiene un importante papel en las demandas bancarias que los clientes de los bancos están realizando actualmente. Un buen ejemplo son los casos de las preferentes, que tantas horas y horas de informativos han llenado en los últimos años. Pero tras todas las cifras y datos hay muchos casos de personas que han perdido todos sus ahorros y que están luchando porque les devuelvan lo que es suyo. El informe del perito economista es de vital importancia en estos casos.
También lo es en los casos de las hipotecas multidivisa, otro de esos productos “maravillosos” que los bancos ofrecían a sus clientes justo antes de la crisis y que resultaron ser una trampa mortal para quienes, confiando en el asesoramiento del director de su banco, firmaron una de estas hipotecas sin conocer nada sobre el funcionamiento de las divisas.
Las cláusulas abusivas o las cláusulas suelo son otro de los trabajos a los que se enfrentan los peritos economistas, que deben de recalcular las deudas de los clientes una vez anuladas estas cláusulas legalmente.